El manjar más representativo de la provincia son las clásicas empandas tucumanas. Se las puede encontrar cocidas en horno de barro o fritas y con masa salada hecha a base de grasa. El relleno se prepara con carne, abundante cebolla de verdeo y huevo duro. Se las suele conseguir en todos los restaurantes y se las puede consumir también como plato de entrada.
Otra comida típica del norte son los deliciosos tamales. Están preparados con harina de maíz y anco (una variedad de zapallo) y se rellenan con carne de cerdo, pasas, huevos y se lo abundante condimento. Luego se cubren con una “chala” (hoja seca de mazorca) y se atan.
La humita es otro de los platos más tradicionales. Esta exquisitez se realiza con maíz fresco (choclo) y queso. Se puede cocinar envuelta en chala verde, o directamente en un recipiente (conocida como “Humita en olla”). Ambas son muy recomendables.
El locro tucumano, por su parte, cuenta con maíz, carne o charque; cuero, tocino y patitas de cerdo; tripa y zapallo. El secreto regional radica en los condimentos: ajíes y cebollas.
Para los amantes de la carne, en los valles también es posible probar la carne de llama, la cual es muy sabrosa y saludable.
Los quesos también forman parte de los productos regionales típicos. En Tucumán se pueden encontrar quesos estacionados y frescos. Estos últimos se elaboran con leche de cabra o de vaca. Los mejores se elaboran en la zona de los valles, con recetas que se transmiten de generación en generación. Además, es posible encontrar riquísimos quesos tucumanos elaborados con ají.
Otra variante es el denominado quesillo, un queso fresco y elástico que también se hace con leche de cabra o de vaca, pero que se deja cuajar y se cuelga en sogas de alambre, lo que le confiere su forma alargada. Se puede comer solo, o acompañado con arrope, miel o algún dulce, convirtiéndolo en un exquisito postre.
Te invitamos a que pruebes algunas de estas delicias en tu próximo viaje y nos cuentes tu opinión!